El caracol
Cristian camina por la playa. Dirige la vista al horizonte y observa las pequeñas líneas de espuma, lejos, como la rutina que dejó atrás. Hace otra seca profunda al porro que lleva en su mano, buscando tapar con el humo...
Cristian camina por la playa. Dirige la vista al horizonte y observa las pequeñas líneas de espuma, lejos, como la rutina que dejó atrás. Hace otra seca profunda al porro que lleva en su mano, buscando tapar con el humo...
La chica no parecía gran cosa, hasta que se rio. Era tal vez demasiado menuda y sobria, aunque el candor que irradiaban sus ojos le recordó a Sosa a la Paulette Goddard de los principios, cuando el sonido no había...
Un punto, minúsculo, inofensivo. No fue más que eso, te lo juro. Qué mierda le puede joder la vida a alguien un punto, ¿o no? Lo vi distraído a Trabuchi y aproveché. No esperaba que me viese, obvio, pero justo...
Nuestras tertulias, al igual que el deseo de escribir, no se detienen en verano. Y gracias al formato de videollamada, claro que las podés aprovechar nuestro taller de escritura desde donde sea que estés. Para que te des una idea,...
Quince años ya… Hacía días que venía pensando en escribir algo al respecto. Si pudiera retroceder en el tiempo, me oiría diciendo que dar un taller de escritura sería de las últimas cosas que haría en mi vida. Sin embargo,...
—¿Qué hora es? —preguntó el hombre entredormido. —Como las seis… Un silencio se interpuso entre ellos y, como si la costumbre de los encuentros le hicieran pensar en lo habitual de una pareja, volvió a preguntar: —¿Qué te pasa? ¿Es...
Cada jueves, don Benicio conversa desde su puesto de diarios y revistas con la pequeña Amparo, que vende en la esquina estampitas de santos paganos. Benicio es un hombre de pocas palabras, podría decirse que hasta de pocos gestos. Ha...
por edgardo.incenella · Published 8 de noviembre de 2024 · Last modified 30 de octubre de 2024
Dale, che, hora de levantarse. No se te vaya a hacer tarde de nuevo. Andá al baño, pegate una ducha. Así después te tomás un café y salís con tiempo al Ministerio. Y haceme el favor de no romper las...
Sábado, 3 p. m. A Juan, la desesperación le complicaba la tarea. Una y otra vez, rebuscaba por los mismos lugares: debajo de la cama, entre los almohadones del living, en los cajones del mueble de la cocina; para terminar,...
Hermosa noche, ¿verdad? La luna brilla henchida de deseo y el bosque parece ofrecerse como una meretriz lasciva a las aventuras nocturnas. Pero tengan cuidado, niños. Las criaturas que aquí habitan no aceptan de buen grado a los temerarios e...