Finales: una teorización

CONDICIONES DE UN BUEN FINAL

Coherente:

En cuanto a forma: si la historia está escrita en tono de humor, el final deberá tener ese mismo tono.

En cuanto a contenido: Si la historia habla de X, el final deberá estar relacionado directamente a X.

Significativo:
debe dejarnos algo: una enseñanza, una inquietud, una conclusión.

Causar repercusión:
escandalizar, conmover, enojar, alegrar, reflexionar.

Una manera de asegurarnos el final es compararlo con el principio de la historia.

TIPOS DE FINALES

– Cerrado:
Es definitivo: no deja puntos oscuros. “Mario y María por fin habían resuelto sus problemas y podían estar juntos. Frente a ellos, estaba el sacerdote que los declaraba marido y mujer.”

– Abierto:
No es definitivo. Se presentan al lector no más de cuatro o cinco expectativas con sus posibles soluciones. “Mario y María por fin habían resuelto sus problemas y podían estar juntos. Frente a ellos, estaba el sacerdote. Y mientras éste los declaraba marido y mujer, Mario miró a Julieta y le guiñó un ojo disimuladamente.”

– Natural:
es el que está ligado a la línea del argumento, no sorpresivo, sino lógico, consecuente.

Ambiguo:
se coloca entre dos extremos, plantea al lector dos alternativas de solución sobre las que tendrá que elegir.

Contundente:
es el que se encuentra en la última frase del cuento.

– Previsibles:
era lógico, por la información que el relato da acerca de lo narrado.

Sorpresivo, inesperado:
este rebasa todas las expectativas que el lector fue contemplando hasta el momento del clímax.

Flotante:
se basa en sobreentendidos, sólo que el lector tiene pistas claras, sugerencias que les ayuden a definirlo.

Final detonante:
donde el cuentista se desahoga por completo, como si quisiera cerrar el cuento con una expresión catártica.

– Problemático:
el problema queda sin resolver.

– Promisorio:
sugiere, sin especificar completamente, posibles continuaciones.

FINALES CONVENCIONALES

En relato policíaco:

– Explicación: El narrador explica el enigma.

– Diálogo: el/los personajes explican el enigma a través de un diálogo.

– Ironía: no necesariamente explica sino que descomprime la tensión de la trama. “Estaba pensando que ésta es la primera vez que un juez tiene la oportunidad de presenciar un asesinato”. (Los asesinos – Nicholas Blake).

En relato maravilloso:

“Siguió de ese modo, sorprendiéndose más y más a cada paso, porque todas las cosas se transformaban en árboles en cuanto ellas las alcanzaba, y esperaba que el huevo hiciera lo mismo”. (Alicia en el país de las maravillas – Lewis Carrol).

En relato sentimental:

“Han transcurrido años desde que escribí este canto de muerte. He seguido viviendo, amando. He vivido, he amado, he gozado de momentos de felicidad mientras ella yacía, abandonada, en su terrible lugar. He cometido el pecado de la vida, yo también como los demás. He reído y volveré a reír. A dios gracias, los pecadores vivos no tardan en convertirse en muertos ofendidos”. (El libro de mi madre – Albert Cohen).

En relato erótico:

“Hasta que abandonaron los asientos y bajaron del camión, y sin saludarse, los dos con leve desilusión y a la vez intrigados por un sueño que adivinaron común y compartido, se fueron cada uno por su lado a la gélida mañana neoyorquina, que los recibió con una nieve lenta, morosa, asexuada.” (Sentimental Journey – Mempo Giardinelli).

En relato sobrenatural:

“El ángel, que debía de adivinarlo, me envolvió con sus alas, sin apretar, y o, más muerta que viva, las toque para encontrar la seda y me quedé allí dentro para siempre. Como si no estuviera en ninguna parte. Aprisionada…” (Parecía de seda – Rodoreda).

LAS ACTITUDES DEL HABLANTE Y LAS FORMAS DE LA NARRACIÓN

Estas son algunas de las actitudes más aprovechables para construir un final: premonición, negación, reflexión, afirmación, promesa, interrogación, duda, sospecha, consejo, confesión.

Final-duda:
“Me parece que se para una vez más para hacernos un además de despedida, pero tan lejos, y sin gafas, no lo puedo asegurar”. (El hombre del hacha – William Peden).

Final-consejo:
“No cuenten nunca nada a nadie. En el momento en que uno cuenta cualquier cosa, empieza a echar de menos a todo el mundo.” (El guardián entre el centeno – Salinger).

Final-confesión:

“Y decidí escribir estas memorias, con la esperanza de conseguir mi intento.” (El desprecio – Alberto Moravia).

FINALES SEGÚN LAS FORMAS DE LA NARRACIÓN

Estas son algunas de las formas narrativas más usuales: acción, descripción, reafirmación, diálogo, apertura hacia otra situación, explicación, oposición con el principio, paralelismo con el principio.

Final-acción:

“Nos desplomamos de rodillas sobre el pavimento; nos sonreímos estúpidamente unos a otros; nos ponemos a tirarnos de los pelos”.

Final diálogo:

“–No existe la verdad, ¿no le parece?” (El hombre que miraba pasar los trenes – Simenon).

Final-apertura hacia otra situación:

“Y ambos comprendían bien que aún quedaba mucho camino hasta llegar al fin y que lo más difícil y embarazoso acababa justamente de empezar.” (La señora del perrito – Chéjov).

Fuentes:

Taller de escritura (Editorial Salvat, Barcelona, 1996). http://cuentosycuenteros.blogspot.com/2005/11/tipos-de-finales-de-los-cuentos.html

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