Autor: Miguel Cabanne

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GOLPES EN LA PUERTA

I               Siempre me dicen «…y bueno, pero usted es el único médico en este pueblo». Eso ya lo sé, pero no implica que tenga que estar todos los días, las veinticuatro horas, a disposición de la gente. Yo...

Pala 14

DEJAR EL NIDO

            El mensaje de Carmen en el contestador me cayó como una de esas comidas que me cuesta digerir. Estoy seguro de que no es verdad, o que es una verdad a medias, una verdad exagerada. Más que una verdad,...

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PUNTO FINAL

            El subte estaba —como siempre a esa hora— atestado de gente. Todavía no era el momento de mayor hacinamiento, pero faltaba poco. Al llegar a una estación miré hacia la puerta. Siempre lo hacía con la esperanza de ver...

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QUERIDA ABUELA

            Me gustaba ir de vacaciones a casa de mis abuelos.             Recuerdo, que en el comedor se sentaban: mi abuelo Mateo, en una punta y el tío Orlando, el gerente de banco, en el extremo opuesto. En los laterales...

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EL ACCIDENTE

            Don Francisco, como lo llaman en el barrio, terminaba de cruzar la avenida cuando sintió como una explosión a sus espaldas. Giró sobresaltado. Un enorme camión blanco arrastraba, por efecto de la inercia, al automóvil que había impactado,...

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EL MANSO

Eliseo Ramos se detuvo frente a la oficina de Sebastián. Percibió que estaba tenso y trató de serenarse antes de entrar. Respiró profundo, relajó los hombros, golpeó levemente y entró.             —Pasá, Ramos, pasá y sentate. —El escritorio estaba lleno...

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ALERTA EN LA ZONA COSTERA

            El cielo estaba despejado, apenas unos cúmulos blancos se insinuaban entre la bruma del horizonte. Con mi esposa y mi hija de tres años bajamos a la playa, cargados, como siempre, con: sombrilla, reposeras, baldecitos, el bolso de la...

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