LA CHICA DEL PARQUE

El atardecer lo encuentra corriendo solo por los senderos del parque, pisando hojas secas en algunos tramos y charcos fangosos, en otros. Una leve brisa mueve las pocas hojas que quedan, todavía, en las ramas de los árboles. Disminuye el ritmo de la marcha y se detiene justo al lado de una joven que está sentada. Ella lo mira asomando sus ojos por detrás de un libro. Él levanta un pie y lo apoya sobre el banco de piedra.
—Hola. ¿Qué leés? —le pregunta sin mirarla, mientras se ata los cordones de la zapatilla.
—De qué hablo cuando hablo de correr, de Murakami —responde la chica y le acerca la tapa.
—Ah, veo que leés todos los días, parece que te gusta —agrega girando la cabeza para observarla a ella, no al libro.
—¿En serio? Yo creía que era invisible —bromea acomodando su mechón detrás de la oreja. Sus mejillas se tiñen de un rojo intenso.
Él guarda silencio. Se incorpora, estira su remera deportiva por encima del pantalón y permanece erguido. Luego continúa:
—Me llamo Joaquín, ¿y vos?
—Azul.
—¿Y por qué elegís siempre el mismo lugar, con lo grande que es el parque?
—Tengo mi rutina, igual que vos y la mayoría de los que pasan por acá —responde la joven encogiéndose de hombros.
—Claro —asiente el corredor y se cruza de brazos.
—¿Ves esa mujer que pasa con zapatillas verdes? —Lo guía con la mirada, levantando las cejas—. Siempre hace el mismo recorrido. Al principio corría despacio y mirando al piso, se agitaba. Vestía con ropa suelta y gastada. Con el tiempo la vi cambiar su figura, su forma de correr, de mirar, de vestir… Parece haber encontrado el modo de quererse. Y tengo la impresión de que correr fue la clave.
—¡Qué observadora! ¿Mirás a la gente y leés al mismo tiempo? —le pregunta con una expresión que mezcla algo de sorpresa y admiración.
—Sí, qué se yo… Leer me permite habitar otra piel por un rato. Imagino que soy otra…
—¿Estudiás algo? —pregunta Joaquín.
—Sociología, ¿y vos? —replica ella.
—Diseño Gráfico.
—A vos también te veo correr todas las tardes, Joaquín. Siempre con auriculares, llenando cada instante y cada espacio con música. ¿Será para no tener que encontrarte con vos mismo, en tu soledad?
—No, conmigo le erraste mal —la contradice amablemente—. No es música, escucho audiolibros. Voy estudiando mientras corro.
Azul baja la cabeza sonriendo con la boca cerrada y los labios arqueados casi por completo hacia un costado. Él sigue hablando:
—No puedo leer textos largos. Me cuesta. Se me mezclan las letras. Hago un esfuerzo tan grande por descifrar que no puedo interpretar el contenido. Por eso le pido a alguien que me lea los apuntes en voz alta y los grabe, así sí puedo concentrarme. Hablando soy bueno, en los orales me va bien.
—¿Y cómo hacés para seguir una carrera? ¡Es terrible! —suelta ella abriendo sus ojos con desparpajo. Se calla de inmediato y serena la expresión de su rostro.
—Es todo un tema, pero me afecta más que nada para las materias teóricas, no para el arte o los deportes. Incluso con los números es más fácil, son menos. Si los separo y uso colores, no tengo problemas —agrega el muchacho con una sonrisa muy amplia.
—¿Tenías integradora en el colegio?
—Sí, claro. Siempre tuve. No habría terminado el secundario sin ayuda. ¿Vos tuviste integradora?
—No, nunca me hizo falta —aclara Azul—. Intelectualmente, no tengo problemas —refuerza.
—Bueno, ídola, ¿querés correr conmigo antes de que te vengan a buscar? —le propone Joaquín.
—¿Cómo? —pregunta asustada. Guarda el libro adentro del bolsito que tiene apoyado en su falda, con la tira atravesada en un hombro.
—Agarrate —la anima ubicándose detrás de ella. Comienza a trotar empujando su silla y lentamente va tomando velocidad.
Ella, por primera vez, puede sentir en su propia piel la caricia del viento, sus mechones volando en libertad, su pulso acelerado y esa alegría contagiosa que ningún libro, jamás, le había podido explicar.

6 Respuestas

  1. Ada Salmasi dice:

    ¡Muy lindo cuento!

  2. Zulma Chiappero dice:

    Comparto, un final muy dulce. Y qué regalo el del muchacho.

  3. Mariela Ortega dice:

    Hermoso Isabel ! Que final tan dulce ♥️

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