Max Aub – Hablaba y hablaba…
Hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba. Y venga hablar. Yo soy una mujer de mi casa. Pero aquella criada gorda no hacía más que hablar, y hablar, y hablar. Estuviera yo donde estuviera, venía y empezaba a hablar. Hablaba de todo y de cualquier cosa, lo mismo le daba. ¿Despedirla por eso? Hubiera tenido que pagarle sus tres meses. Además hubiese sido muy capaz de echarme mal de ojo. Hasta en el baño: que si esto, que si aquello, que si lo de más allá. Le metí la toalla en la boca para que se callara. No murió de eso, sino de no hablar: se le reventaron las palabras por dentro.
Muy bueno. Seria excelente si sacas la frase “yo soy una mujer de la casa”. Me parece que no es la voz de mujer.
Bueno. para ser honesto no me produjo ninguna sensación.
Muy buen cuento Germán,me sorprendió el final,jaja
Muy bueno, muy bien escrito. En estos mini cuentos no sólo hay que medir las palabras sino elegirlas, porque dado lo corto del texto cada una tiene gran peso. Buena elección Germán.
muy malo no me gusto para nada.
Justo. Ni una palabra que sobre!
me gustò, es el tripo de cuento corto que me agrada leer y mal escribir
Hola. Hoy no puedo ir. Un embole. Nos vemos la semana que viene!
genial! es un muy buen ejemplo de cuento corto, con ingenio, ritmo y un final inesperado. Me gustó mucho