Regalo de fin de año: historia de una historia

¡Feliz Año Nuevo! Que este 2012 te reserve más principios que finales.

Mi manera de despedir con vos este año que se va es compartiendo lo más preciado para mí: el acto de crear a partir de la escritura. Y sabiendo que nos moviliza esto mismo, bajo la voz, me llevo las manos a la boca y comienzo a susurrarte al oído cómo llegué a escribir una serie de cuentos que terminé apenas unos días atrás.

 

Historia de una historia

Cerca de mediados de año me encontré con un psicólogo que en un momento me comentó que nuestros padres (usualmente sin quererlo) suelen dejarnos alguna de estas cinco heridas en el alma: humillación, rechazo, abandono, traición e injusticia. Sanándolas, nos elevamos como personas.

Este concepto quedó rondándome hasta que un día le hice leer a un amigo un cuento que escribí unos años atrás llamado El soldado. Apenas abrí el archivo -hacía mucho que no lo leía-, lo primero que sentí fue que el relato tenía mucho por mejorar (sí, un cuento de mierda, básicamente)… pero inmediatamente después, todas las fichas del casino del Universo me cayeron encima. El momento de la apuesta había llegado: no sólo mejoraría ese cuento usando el concepto que surgió en aquella charla, si no que además haría una serie de relatos que cumplimentaran los siguientes desafíos:

  • Ser más más psicológicos que bélicos.
  • Tener una interrelación.
  • Comenzar en el presente y hacer una prospectiva en el tiempo, con las diferentes guerras que se auguran. 
  • Retratar todas las armas: ejército, marina y fuerza aérea.

Me llevó mucha investigación y noches de bazuquearle el rancho al duende de la inspiración (andaba mezquino), pero finalmente concluí esta serie de cinco cuentos que llamé Militia.

Si querés leerlos ponete el chaleco (el antibalas y el de fuerza) y hacé CLIC AQUÍ

Germán Maretto

Creo en lo que creo

6 Respuestas

  1. ¡Nada de piedad! Sólo espero vitriolo del mejor.
    ¡Otro abrazo!

  2. Allyah dice:

    Mire usted, ahora tengo un marco para leer “Militia” y ser (o no) más piadosa. Te debo esas lecturas, ya lo sé. A cambio te dejo un abrazo hasta que la salde. 😉

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