Conspiración Octopus – Daniel Estulin

Mi novia me regaló para San Valentín “Conspiración Octopus”, la primera novela de un escritor que he comentado en más de una reunión de amigo. Con su primer libro: “Los secretos del Club Bilderberg”, me dejó dudando de algunas cosas pero, al menos, eran absolutamente coherentes. Con su segundo libro: “La verdadera historia del Club Bilderberg”, me dejó pasmado, puesto que explicó en detalle cómo se desataría una crisis global que comenzaba a verse. En ambos libros, Daniel Estulin explica que Bilderberg es una sociedad discreta, no secreta, que reúne a las personas más poderosas del planeta quienes, bajo la excusa de algo así como una reunión de camaradería, no hacen otra cosa que delinear cómo será el destino de los pedestres que poblamos la Tierra. He de aclarar que el Club Bilderberg existe y, según el autor, fueron los artífices de los Beatles, la new-age, toda guerra y guerrilla que ande moviendo pirotecnia por el globo y, por supuesto la crisis global. Y si bien todo esto suena a conspiranoia barata, cuando lees los libros, te queda un viso de duda.

Por todo esto me atrevo a decir que no hay en el mundo nadie que sepa del Club Bilderberg como Daniel Estulin. Los dos libros que mencioné son buenas obras del periodismo de investigación.

Ahora… con respecto a “Conspiración Octopus”, he de decir que la novela no está bien escrita. Mi opinión, si alguien la pidiera, es que se trata de una buena historia mal contada. Una buena historia acerca de un tesoro billonario que el ejército japonés oculta en territorio asiático durante la Segunda Guerra Mundial, y que debe ser encontrado para salvar al mundo de la crisis económica global en la que aún nos vemos envueltos. En esta carrera intervienen la hermana de un periodista asesinado que descubre tamaño tesoro, ayudada por un ranger de los EEUU y un experto en conocimiento arcano. Por el lado de los malos, tenemos a Octopus, una sociedad secreta más poderosa aún que el Bilderberg que citara antes. Los billones están en juego y para llegar al trofeo, los protagonistas deberán nadar sin ahogarse por un mar de sangre, tiros, explosiones y artilugios tecnológicos.

¿Por qué está mal contada? A mi criterio, Estulin detalla tanto -y encima lo repite varias veces- que termina por fabricar párrafos tediosos y con información que, lejos de aportar, terminan confundiendo, cansando y dándole al lector la sensación de que los personajes no dialogan entre sí sino que monologan y están constantemente enseñándose cosas. A modo de ejemplo baste la mención una y otra vez de “la serie de números pseudoaleatorios de fuerza criptográfica consistente en una combinación de treinta”. Además, este mismo artilugio dialéctico junto con expresiones que, creo, necesitan pulimiento: “malditas sean las fuerzas que aniquilan el orden y la felicidad del mundo” hacen que los diálogos se tornen inverosímiles, más propios de un habitante de la geografía del Señor de los Anillos que de alguien que lidia con el lado oscuro de la CIA, la NSA, el FBI y varias iniciales de tres letras más que se mencionan en la novela.

Supongo que este libro tiene una intención similar a los anteriores: desvelar cosas tapadas en mierda, pero cuando uno lee una novela no quiere tanta información técnica y quiere, primero que nada, que pasen cosas, algo que aquí hay. Pero también que haya emoción, algo que aquí no siempre está y que los personajes sean creíbles, algo que aquí no sucede.

Igualmente Daniel Estulin tiene granjeado mi respeto y volveré a apostar por su nuevo libro, “El imperio invisible”, cuando tenga la ocasión.

Acerca de Germán Maretto
Creo en lo que creo

1 respuesta

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